21/9/10

Cartel.

En esta empresa publicitaria en que se convirtió la vida cotidiana, se ha ido simplificando a unos pocos artilugios carentes de esencia y profundidad, la variedad y capacidad de elección.
El ensueño del consumidor, oveja de la élite propagandista, hoy es ficción.
Lo necesario está a la venta solo detrás de los irrelevancia absurda de los objetos "valiosos"; y ni hablar de lo vital, pago para toda la vida.
Limitados recursos son utilizados entonces para atraer la atención. Lo despampanante rozando el ridículo, es tapa, sin lugar a duda.
No es necesario en estos tiempos dejar mensaje para atraer la atención, ni tampoco para divertir, deben de pensar algunos. Por eso están detrás de una cadena de insignificancias sin sentido que venden aún más que el propio pan de cada día.
La cara; importantísima secuencia de mostrar el lujo y la fetidez de lo glamoroso digno del capital. Así tanto las caras humanas como los objetos impuestos por encima de otros para punzar más aún sobre la idea de lo básico esencial a mostrar.
Hoy las caras son cartel, hoy el culo es un cartel.Una cara que vende, un cartel que vende; ese que todos conocemos. El mismo que perdió la careta y está demostrando lo mierda que es.

Luchin

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