22/9/10

Manifiesto verdadero, oriundos del fuego.

De repente en mí, como en el mundo, se derriban sin perdón los vestigios de construcciones genuinas. Oriundas de las más fervorosas pasiones nativas. Procedentes de la tierra, con un enlace directo a los orígenes y a las mismísimas estrellas. Astros que fueron dioses en los bailes eternos de fogata y tamboreros. La luna siempre vislumbrada por el calor que las piedras entre las llamas y el suelo mismo desprendían. Como pasos se sentían entre gritos y ritos los latidos de algunos corazones puros.
Desde el principio es que se comienza, y al final se llega por falta de respeto, o por algún malentendido. Lo han sufrido pueblos oriundos! ¿Por qué yo no puedo a sentirlo?
Quisiera volver a amarrar mis pies a la tierra.



Luchin

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