25/10/09

Noche de Calor.

El niño ha estado pensando, una sonrisa marca su rostro en esa tarde de sol, octubre, mes de posible calor, antecesor del verano, cálido y cariñoso, afectivo.
Su imaginación hambrienta deja de lado la posibilidad de soñar con el estomago lleno para imaginar feliz la próxima noche. Crepúsculo diario en el que, por lo menos hoy, el frío no azotará el cobijo de aquellas cuatro chapas que recubren el verdadero amor de un hogar en que todo es de todos, y nada también.
Sabe que hoy no tendrá que dormir vestido con los harapos que generalmente se ensucian horas antes con alguna resto de inmundicia ajena.
¿Cuán feliz estará? Jamás se podrá imaginar, solo el sabe lo que ha vivido.
Solo el comprende la inmensidad del sol, la dureza de un invierno al descubierto, las penumbras tenebrosas de una noche mas en su desvencijado refugio, "regalo" de nuestra sociedad.
- Hasta mañana Martin, Gero, Sofía, Esperanza, Luz, Papá y Mamá.-
Se despide, apaga la vela y se duerme con todo lo que ama reposando en el mismo colchón.


(Antes de dormir, empecemos a imaginar que estas situaciones suceden con un gran porcentaje de niños en nuestra ciudad, en nuestro país, y en el mundo entero.)

Luchin

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