Qué será del mañana.

No he estado en la cabeza de un niño
mas que en todos mis años hasta el día de hoy.
Entonces cómo querer entender a la gente,
si no hemos vivido sus años de niño.
Apuesto a que muchos hemos recibido regalos,
hemos reído, hemos llorado,
y hemos pataleado por mas de algún berrinche caprichoso
de ingenuo egoísmo.
Pero eso no nos hace ni más, ni menos.
Solo lo que somos.
Entonces me da por preguntar
qué será de los niños que hoy son,
en un mañana de guerras, de sangre,
de luchas incesantes por el poder de un mundo
que se estremece desde sus raíces
y camina lento a un abismo difícil de sobrevolar.
A quien podrían rezarle esos chicos,
mas que al dios dinero,
ese engendro hacedor de desigualdades.
Creado por "nosotros mismos".
Que ingenuos. A veces hasta mas que en nuestra niñez.
Y aún mas si esa infancia es cruel,
y no despertás cada mañana
porque no podes dormir todas las noches.
Solo las que las que las bombas no caen,
y no hay explosiones, ni incendios,
y siempre y cuando no vaya a ocurrírsele
a algún desquiciado poco humano
irrumpir en tu casa y quitarte la vida.
Por eso digo que no he estado en la cabeza de un niño
mas que en todos mis años hasta hoy.
Y doy gracias de eso,
pero la vida misma me empuja
a preguntarme por un mañana.
Por el mío, y por el de quienes desgraciadamente
no vivieron mis primeros años.


Luchin