25/1/10

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Será la flojera de sentir tristeza, la que no deja correr el azar
en la vida de las personas.
Pero cuánto mas triste puedo sentirme? No lo sé.
Si me entristece de rabia el hambre del mundo.
Si me carcome lentamente el sabor de tantas injusticias.
Si raramente me agobia la soledad de no sentir mas que todo yendo y viniendo
frente a mis ojos, reconociendo que una historia se acaba, y se acaba.
Encontrándome perdido como si con la distancia
Hubiera arrastrado mis ganas, mi ser, mi futuro,
Dejándome el sabor amargo de no saber
Quien realmente soy parado sin mirada
En este mundo cruel desde la raíz
Hasta el fin de cada pequeña historia en particular.
Como en todos los aspectos irreparables de la vida
Las opciones se reducen a una,
Poner el pie adelante.
Bajo el intento me siento caminando a tientas,
Al borde de dar un paso en falso que agravie mas aún la tristeza de perder lo anhelado una y otra vez.
En conclusión el amor, todo el y en todas sus formas se convierte en dolor,
Nace irremediablemente la fuerza regida por la estricta doctrina del temor, y cuando este último aparece opaca de antemano las esperanzas de salir. Esperanza que con el tiempo y la confianza se recobra y nos invita de nuevo a mirar siempre parra arriba, pero mientras tanto cada paso es duda y el temor es la bandera del desahuciado justo en el momento en que necesita luchar y no abandonar.
Justo cuando necesita ponerse al hombro la bandera de la propia fe!

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