26/6/12

Realmente difícil es para mi la soledad, como para tantos hombres; algunos más, otros menos. Que inconcebible resultan entonces las derrotas. desbarates que en compañía saben a victorias como antonimos que en algún contexto se parezcan entre si en tiempo y forma. Como los pesimistas en cierne, tan engañosos consigo mismos que se confunden con aquellos que pretenden y logran ser incorrectamente desesperanzados. En cada fracaso una esperanza se renueva, fanales como ojos se encienden frente a nuestra mirada; momentos que tal vez pasaron desapercibidos por el infortunio de la energía dedicada a los malos encuentros. Pero, ¿quién puede juzgar lo que ha hecho más que uno mismo en prospera reconciliación con su espíritu?. Ulterior al descuido, bien cerca de disipar lo equivoco se aprende efectivamente a crecer, a creer, a ganar. Se aprende a mirar otros ojos, con otra mirada. Visualizar el futuro no es someterse ni adelantarse, solo mover las fichas del presente. Gracias por tu caricia. Luchin

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